( Imagen de la red)
una fan de la luz y de la Luna.
Ha querido el destino colocarme
bajo el suelo del suelo, algunas veces.
Se ha empeñado la vida en reducirme;
en probar por la fuerza si soy fuerte,
si mi fiel energía es agotable.
No venció el Lexatín ni una batalla,
ni la rabia es un saco que me pese;
soy persona de bien, aunque me maten.
Resucito sin pausa y sin quererlo:
no me sale mirar media botella
si no es para verla medio llena.
Me coloco mi as bajo la manga:
el milagro soñado, la ilusión
de que todo es distinto y me sonríe.
Quizás soy el espejo de un suicida:
del que quiere luchar hasta morirse,
perdedor que se niega a ser derrota.
© Laura Caro Pardo