Como venganza hacia la fortaleza
que
ha esculpido en mí
su
constante y agotadora compañía,
hoy
la muerte vino otra vez a mi puerta.
Apareció
por sorpresa,
como
aquel cachorro de gato
pequeñito,
de pocos días,
rígido
y frío en mi jardín.
Quise
mirarla a la cara,
como
se hacen estas cosas...
pero
no pude.
Mañana
será día
para
arrojar cadáveres
y
refugiar memorias.
Hoy
necesito
unas
vacaciones
en
la paz de los vivos,
unas
vacaciones...
...
de muerte.
( Poemario: " No es lugar éste para vivirlo")