(Imagen de la red)
No voy a preguntarte esta noche,
ni esperaré tampoco que me cuentes.
No voy a dibujar con mi mirada
los sueños abortados en mi historia.
No voy a hacer un río de mi angustia,
ni voy a mendigarte algún abrazo.
No voy a investigar sobre tu ropa
aromas de otros cuerpos, ni sus pistas.
No voy a registrarte los bolsillos
ni a tejer con las pruebas tu delito.
Te miraré a los ojos fijamente.
Después sabrás, sin dudas,
que me he ido.