( Foto de la red)
De repente...
es mi casa mil ladrillos esparcidos,
un jardín que se ha hecho selva en el invierno.
Las campanas suenan lejos despiadadas;
en el aire las promesas son de humo.
Un calendario nuevo adorna tus ojos
mientras se fragua la muerte en mis entrañas.
De repente...
cae el mundo y en el golpe se hace añicos
contra el suelo que dejó de ser alfombra.
Las palabras han perdido su sentido;
las miradas han perdido transparencia.
Lo peor de darse cuenta de las cosas
es que ocurre cuando no tienen remedio.
( Poemario: " Bolsillos que dejan caer las cosas")